Las cinco Heridas de la Infancia

La Psicología nos aproxima a la idea de que el desarrollo en la etapa infantil, no sólo condiciona la formación de la personalidad, sino también nuestras relaciones en la vida adulta. Conocer qué tipo de experiencias nos marcaron, es fundamental para identificar aquellas que tal vez nos hirieron y poder sanar esas heridas; evitando que las sufran también nuestros hijos y perpetuemos el ciclo inconscientemente.

Aunque muchos/as recordarán la infancia como una etapa feliz, resulta frecuente encontrar e identificarnos con alguna o varias de estas heridas, más o menos profundas, que de forma encubierta nos arrastran hacia ciertos síntomas, fracasos o patrones que repetimos sin ser conscientes; incapacitándonos en afrontar una vida adulta sana y resiliente. Suelen responder a conflictos no resueltos, a carencias afectivas, a situaciones traumáticas o incluso a distorsiones de una realidad aparentemente inocua que, sin embargo, es interpretada como amenazante.

Te animo a que intentes descifrar tu propia vivencia y a identificar el origen de tu herida para reprogramar tus recuerdos de infancia; mejorando así la calidad de tus relaciones afectivas adultas y la propia capacidad de gestión emocional y personal.

 

1  ✤  Herida del Abandono

La falta de afecto, compañía o apoyo emocional nos marcaron tanto, que nos encontramos en constante vigilancia para no ser abandonados de nuevo, sintiendo un temor extremo a la soledad. Podemos sufrir dependencia emocional, tendencia al autosabotaje, toleramos en exceso con tal de no quedarnos solos/as, enlazamos una relación con otra por miedo a la soledad; o incluso tomamos la iniciativa de abandonar a los demás antes de que lo hagan ellos, como mecanismo de defensa, por miedo a reexperimentar ese dolor tan desbordante.

Podemos sanar esta herida trabajando este miedo a la soledad. Quien teme el abandono es el niño interior, no el adulto; por lo que debemos conectar con él/ella, validarlo/a, abrazar su naturaleza y reforzar su autoestima, para que se vaya sintiendo más seguro/a y capaz. Dedicándonos tiempo de calidad, iremos derribando el miedo a la apertura emocional y acercándonos a la reconciliación con uno mismo. Debemos trabajar las relaciones afectivas y aprender a estar solos/as antes de comenzar otras relaciones.

2  ✤  Herida del Rechazo

Encontramos el origen en experiencias de no aceptación por parte de los padres, cuidadores o de sus propios iguales, que culminaron en un rechazo hacia nosotros mismos. Cuando de niños percibimos rechazo, acabamos cultivando el autodesprecio. No nos creemos dignos de amar ni de ser amados, y cualquier crítica nos originará un sufrimiento que intentaremos compensar mediante la necesidad de reconocimiento y aprobación externa constante.

Podemos sanar esta herida empezando a valorarnos y reconocernos como lo que somos, un ser valioso y único, relativizando esa crítica negativa interna y transformándola en estrategias positivas constructivas. Debemos trabajar nuestras inseguridades, ganando más confianza y respeto hacia nosotros mismos, para poder cultivar nuestro amor propio.

3  ✤  Herida de la Humillación

Se origina cuando sentimos que nuestros padres o nuestro entorno nos ha desaprobado, criticado o ridiculizado. La falta de autoestima va conformando una personalidad dependiente desde la que nos infravaloramos, nos sentimos culpables por todo y olvidamos nuestras necesidades, con tal de complacer a los demás. Sin darnos cuenta, acabamos creyendo que nuestro auto-reconocimiento depende de la imagen que los demás tienen de nosotros.

Podemos sanar esta herida soltando la pesada carga de la humillación y la culpa, estableciendo límites y respeto, perdonando a las personas que nos dañaron y perdonándonos a nosotros mismos; reconciliándonos con el pasado para poder empezar a valorarnos como la persona que somos y nos responsabilizamos ahora como adultos.

4  ✤  Herida de la Traición

Surge cuando nos hemos sentido traicionados/as por alguno de los progenitores, que no cumplió su promesa. Si la situación fue repetida, pudo acabar generándonos sentimientos de desconfianza y aislamiento; que pueden haber derivado en rencor o envidia con el paso del tiempo. Esta herida construye personalidades fuertes, posesivas, desconfiadas o controladoras; por necesidad de no sentirse estafadas de nuevo. Valoramos la fidelidad y lealtad, aunque desde visiones distorsionadas fruto de la experiencia, que hacen que no sepamos respetar los límites o el espacio de los demás.

Podremos sanar esta herida trabajando la tolerancia, la paciencia, la confianza y la delegación de responsabilidades en los demás; siendo coherentes con nuestras palabras y nuestros actos, siendo sinceros sin prometer en vano, y cumpliendo siempre las promesas que nos hagamos a nosotros mismos y a los demás.

5  ✤  Herida de la Injusticia

Se origina cuando nuestros progenitores fueron rígidos o fríos, imponiendo un estilo educativo autoritario y no respetuoso hacia nosotros. Una constante exigencia nos generó una sensación de injusticia y sentimientos de inutilidad; conformando adultos rígidos con carencias comunicativas y dificultades a la hora de aceptar formas de ser u opiniones distintas. Se basan en su propio sistema de creencias y valores, expresados como juicios morales y verdades absolutas.

Debido a una necesidad de ganar poder e importancia social a base de excesivo orden y perfeccionismo, deberemos curar esta herida trabajando la rigidez mental, cultivando la tolerancia y el respeto por una diversidad libre de juicios, la flexibilidad y la confianza hacia los demás. Deberemos prestar especial atención hacia la expresión libre de sentimientos, la aceptación de lo distinto y la reconstrucción de la empatía.

 

 

¿Te has sentido identificado/a? Si te han resonado ciertas ideas, sientes que has conectado con alguna/s de ellas y quieres aprender a gestionar las emociones de forma constructiva para sanar y nutrir tu identidad como el ser adulto que eres ahora, te animo a cambiar los viejos patrones que te obstaculizan por nuevos estilos más saludables. Observa tus emociones, reflexiona sobre ellas y en caso de percibir resistencias, no dudes en contactar conmigo si has decidido pasar a la acción para cambiar esta situación. Te facilitaré todas las herramientas que necesites para crear nuevos hábitos y un estilo de vida que te resulte pleno y satisfactorio.

 

 


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Mindfulness Manifiesto

Oímos hablar mucho de esta práctica y cada vez más personas se benefician de ella. Pero… ¿qué es exactamente? ¿Y por qué incorporarla a nuestra vida diaria? Arrojemos algo de luz al respecto.

La técnica del Mindfulness o conciencia plena se define como la capacidad de prestar atención, de manera consciente, a la experiencia del momento presente. Sin pretender cambiarla, juzgarla o rechazarla. Nos ayuda a tomar consciencia de nuestras emociones, con el fin de mitigar la frustración que nos produce no poder cambiar ciertas situaciones. Se considera una práctica psicológica de meditación, una técnica de relajación y conforma también una actitud más distendida ante la vida.

Nos ayuda a combatir el estrés porque induce un estado de calma, serenidad y claridad mental; reduciendo los niveles de cortisol (la hormona del estrés) y ayudando a detectar cuándo aparecen respuestas ansiosas para neutralizarlas. ¿Pero… cómo aplicarlo en mi vida diaria? Te invito a hacerlo, de forma muy sencilla, creando tu propio manifiesto. Una declaración de principios que te permita cuestionar libremente y poner sobre la mesa lo que sientes. Dirige tu atención al aquí y ahora, y observa si…

 

✤   Me detengo; me abro a la experiencia del momento presente

✤   Siento mi cuerpo mientras respiro, estoy de pie o me siento, mientras hablo; mientras estoy leyendo estas palabras

✤   Si mi mente se ausenta, vuelvo y reconecto al aquí y ahora

✤   Soy capaz de amarme, confiar en mí y apreciar quién soy

✤   Soy capaz de ver mis acciones con perspectiva

✤   Percibo mis errores y dificultades sin juzgarlas

✤   Acepto y asumo las experiencias desagradables

✤   Me trato amable y comprensivamente cuando las cosas salen mal

✤   Percibo mis pensamientos, sensaciones, emociones e impulsos sin perderme en ellos

✤   Soy paciente conmigo mismo/a y con los demás

✤   Observo cómo mis vivencias llegan y se van

✤   Soy capaz de sonreír cuando la vida me plantea dificultades

✤   Si me escucho, experimento momentos de calma y paz interior

 

Si has percibido resistencias respecto a alguno, o varios de estos puntos, te animo a reflexionar sobre ello y observar qué ocurre. Si hacerlas conscientes te genera malestar, es posible que algún anclaje dificulte su resolución. Este escenario suele ser muy usual en consulta; no dudes en contactar conmigo si has decidido pasar a la acción y cambiar esta situación.

 

 


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Deporte post confinamiento

Además de psicológicas, la etapa de confinamiento ha dejado tras de sí evidentes secuelas físicas.

Antes de recuperar tu práctica deportiva usual, por poca que sea, debes tener en cuenta una serie de factores recomendados desde el departamento de Psicología del Deporte del COPC (Col·legi Oficial de Psicologia de Catalunya).

✤   Ante todo, protégete siempre y respeta las medidas de distanciamiento social. El uso de mascarilla y gel hidroalcohólico ya forma parte de nuestro día a día, también en la práctica deportiva.

✤   Aprende a gestionar las emociones sin presiones. Ante la reapertura, es natural que puedas experimentar inquietud, disforia, excitación, miedo… Intenta aceptar estos nuevos estados sin juzgarlos ni reprimirlos.

✤   Es posible que puedas sentir ansiedad por la presión autoimpuesta, por la posible pérdida de tono muscular durante este período, por disconfort con el físico actual… Intenta confiar en ti y en tus propios recursos.

✤   Si salir te genera aprensión, puedes ir haciendo aproximaciones graduales sin exigirte demasiado. Puedes empezar por espacios abiertos, donde puedas evitar las aglomeraciones.

✤   No te fuerces. El estrés sostenido en el tiempo, además de afectar a la motivación, se traduce en tensión, disminución del rendimiento y es, a su vez, un fuerte predictor de lesión.

✤   Opta por deportes individuales en la medida de lo posible. En el caso de actividades grupales, procura mantener la distancia de seguridad adecuada y asegúrate de que se cumplen las condiciones de higiene, si se trata de una actividad indoor.

✤   Intenta evitar que las ganas acumuladas se conviertan en acciones de riesgo, que puedan derivar en posibles lesiones. Ante cualquier duda, consulta a un profesional cualificado.

✤   Las rutinas siguen siendo claves para regular nuestro sistema nervioso. Intenta reorganizar tus nuevas condiciones de entrenamiento y gestiona tu tiempo de forma consciente. La planificación de las sesiones debe ser coherente y adaptada a tus necesidades.

✤   Procura mantener hábitos saludables para mejorar tu rendimiento físico, así como una alimentación sana y el descanso mínimo necesario.

✤   Modula la autoexigencia para evitar sobreesfuerzos que puedan poner en peligro tu salud. Para evitar las lesiones, también procura realizar ejercicios de calentamiento y estiramientos, antes y después de la actividad física.

✤   Rebaja la presión con los objetivos futuros. Escucha tu cuerpo, aumenta de forma muy progresiva la intensidad y no olvides llevar toda tu atención al momento presente. Recuerda que el mayor objetivo, es poder disfrutarlo.

 

 


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Elección de Terapeuta

Tanto si es tu primera vez como si no, es posible que te cueste decidir en manos de quién depositar tu confianza. Te expongo algunas claves a tener en cuenta para elegir a un/a buen/a profesional de la psicología clínica.

1  ✤  Colegiación profesional

Debe ser miembro vigente del COP (Colegio Oficial de Psicología) y estar registrado en su comunidad autónoma. Si solicitas su número de colegiado/a, debe poder ofrecértelo sin problema.

2  ✤  Habilitación clínica sanitaria

Debe de contar con la acreditación como psicólogo/a general sanitario/a (PGS), expedida por el Ministerio de Sanidad, imprescindible para trabajar en el área de salud mental.

3  ✤  Titulación y Orientación

Para evitar el intrusismo laboral, su formación debe ser oficial y titulada, en forma de carrera universitaria, preferiblemente con máster o cursos complementarios. La documentación debe ser oficial y acreditar que está especializado/a en lo que buscas. Debe exponer claramente su orientación terapéutica y estilo de praxis profesional, para ver si puede ofrecerte lo que necesitas.

4  ✤  Servicios

Siempre será mejor que pueda ofrecerte tanto diagnóstico como tratamiento, para evitar tener que ir saltando posteriormente de un profesional a otro; lo cual no resulta muy óptimo tanto para el paciente como para la terapia. También es interesante que pueda ofrecerte asistencia online por videollamada, además de la visita presencial usual.

5  ✤  Otros aspectos

Si dispone de página web, revisa que cumpla con los estándares de certificación en Seguridad Informática (el candadito que aparece a la izquierda en la barra de direcciones) y que cumple con la política de privacidad normativa. Los/as psicólogos/as contamos con un Código Deontológico que debemos cumplir, que asegura también la confidencialidad.

Por último, y no menos importante, te aconsejo que observes cómo te sientes con el/la terapeuta en cuestión. Como psicóloga clínica, podrás observar que cumplo con todos los requisitos mencionados; pero más allá de lo estrictamente legal, creo en la importancia del feeling que obtengas de la interacción con el/la profesional que finalmente elijas. Debes sentir confianza y seguridad, comprensión exenta de juicio y libertad para expresarte en todo momento.

 

 


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Por qué acudir a consulta

La creciente presencia del área de salud mental hace que, cada vez, sean más los que quieren luchar contra sus fantasmas, en pro de una calidad de vida mejor. Sin embargo, es natural que ante lo desconocido, nos asalten ciertas dudas.

¿Y qué van a pensar de mí? Es lo primero que tal vez nos atraviese, y no sabemos cómo afrontarlo; pero tampoco podemos negar el deseo de decir ¡…Basta!

Ese instante revela una necesidad de cambio. Quien ya transita ese sendero, quiere proveerse de herramientas para lidiar con sus propios desiertos y construirse una realidad mejor. Elige emprender un viaje hacia el centro de sí mismo para escucharse, comprenderse y reconciliarse.

Pero… ¿qué nos frena?

El miedo. Un arma que bloquea la expresión emocional, congela la conducta e impide la transformación; paraliza y nubla nuestros recursos. El miedo a lo desconocido, el miedo a resultar herido, a abrirse ante otros y a destapar las carencias. El miedo a ser juzgado, a no ser comprendido o a sentirse abandonado.

Tendemos a huir de lo que nos angustia, a disfrazar la realidad para encubrir el dolor. Pasa inadvertido, hasta que se acumula el malestar y emerge la punta del iceberg. ¿Qué es? ¿Qué me ocurre y por qué? El tiempo lo hace evidente. Hay quien lo identifica como debilidad; cuando en realidad, significa liberación.

Sólo cuando validamos y abrazamos lo que forma parte de nosotros, podemos dar un paso hacia la libertad emocional.

Acudir a consulta y solicitar apoyo profesional significa reunir el valor para enfrentarse a uno mismo, a los propios miedos y sus contradicciones. Es darse cuenta de que no estás solo/a. Y de que un especialista puede guiarte en lo que necesites para echarte a andar hacia la plenitud.

 

 


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Preguntas Frecuentes

¿Necesito terapia? ¿En qué consiste el proceso terapéutico? Estas y muchas otras cuestiones son las que nos planteamos antes de acudir a un profesional de la psicología. Aquí encontrarás respuestas para algunas de las más recurrentes.

Si tu demanda es más específica, no dudes en contactarme y resolveremos todas las dudas sin ningún tipo de compromiso.

¿Qué se suele consultar?

La demanda puede ser muy variada y afectar a cualquier ámbito de la vida: pareja, relaciones sexuales, familia, trabajo, estudios, relaciones interpersonales, etc. Los síntomas que podemos notar pueden ser ansiedad, tristeza, problemas de sueño, apatía, inquietud, ideas repetitivas, rabia… o cualquier alteración del estado de ánimo que influye negativamente y nos provoca malestar.

¿Para quién es?

Este servicio está dirigido a un rango muy amplio de edades; desde población adulta hasta infantil, pasando por juvenil y adolescente.

¿Qué es la psicoterapia?

Es aquella terapia dirigida a trabajar la dimensión psicológica del individuo. Un proceso que nos provee de recursos, perspectivas y herramientas para lidiar con los retos y regular cómo nos afectan. Es posible que nos sintamos desorientados/as al principio, pero será el punto de partida para reconectar con nosotros mismos e ir recuperando nuestro camino. El/la psicólogo/a es quien acompaña y guía al paciente en el proceso.

¿Cómo funciona?

El proceso terapéutico se lleva a cabo mediante sesiones presenciales o modalidad online. Mi objetivo es que puedas expresarte libremente y poder buscar aquello que no funciona bien para que podamos trabajar conjuntamente en su resolución.

¿Cuánto tiempo conllevará?

En cuanto a criterio temporal, podríamos barajar muchas respuestas. Dependerá de factores como el tipo de problema, del tiempo transcurrido o de la disposición que presentes para trabajarlo. A veces, ciertos procesos pueden requerir un curso natural donde el tiempo juega un papel importante. Establecer nuevos hábitos requiere nuevos aprendizajes y cada persona marcará su propio ritmo. Mi tarea consiste en que sea el mínimo posible.

¿Es lo mismo Psicólogo y Psiquiatra?

No; aunque ambas profesiones sean del ámbito de la salud, adoptan praxis y metodologías diferentes, para conseguir objetivos distintos. La psiquiatría está principalmente enfocada a lo farmacológico y fisiológico con prescripción de medicación. Dependiendo del caso, se valora trabajar conjuntamente, cuando la situación así lo requiere.

 

¿Tienes más dudas? Házmelas llegar desde aquí.

 

 


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Más sobre mí

Mi trayectoria profesional está enfocada a la práctica clínica en consulta privada en el área hospitalaria. Colaboro con centros privados tanto a nivel local, como con presencia internacional en modalidad online. He colaborado también con entidades médicas, en unidades como las de psicología, psiquiatría o reumatología. Implementación de proyectos relacionados con la educación en igualdad de género, educación sexual y digital en adolescentes, impartiendo conferencias en centros educativos.

En el ámbito social, asistencia en atención a la mujer, cobertura y relaciones entre colectivos de procedencia asiática, mediación e integración de colectivos vulnerables y realización de talleres para cuidadores de población clínica dependiente de la tercera edad, impulsados por la Fundació Obra Social de ‘La Caixa’.

Realización de proyectos enfocados al desarrollo neuroemocional mediante la aplicación de terapias artísticas como la musicoterapia, y proyectos enfocados a la resolución y gestión psicopedagógica en infancia y adolescencia. Formación complementaria en psicopatología del sueño infantil como Gentle Sleep Coach®.

Accede aquí para conocer un poco mejor mi visión y mi misión profesional.

 


 

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